Mi historia comienza en Chiclayo, una ciudad ubicada en la parte norte del Perú. Fue ahí donde nací, el 15 de abril de 1962. Mi primera infancia la pasé en una casa muy grande. Estaba ubicada en un pueblo llamado Puerto Eten, como su mismo nombre hace entender es un sitio rodeado de playas hermosas y debo decir que fue una de las mejores etapas de mi vida.
Aún recuerdo ese lugar mágico como si el tiempo no hubiera pasado, llena por mis hermanos, primos y otros miembros de la familia, donde el pilar del hogar era mi abuela. Era tan grande que nunca sentí la necesidad de ir a un parque o una plaza porque tenía un corral de 60 metros de fondo donde íbamos a jugar todos los primos, aunque a mi abuela no le gustaba mucho porque decía que nos ensuciábamos con la tierra que había, aún así, siempre estaba limpio porque cada quien tenía responsabilidades que cumplir dentro de casa y uno de mis primos era el encargado de regar el piso de tierra para que quede compacto y no se levante el polvo.