El hombre tiene un problema desde que tomó consciencia de su sentido evolutivo: la privación de seguir sus instintos naturales. Bien sea por seguir un patrón social o de ética personal, el hombre ha construido una realidad artificial a su estado natural, convirtiéndose en un ser difícil de definir, al cual ha perdido su alma y, por tanto, su vida.
En esta obra, el autor nos invita a descubrir el eterno debate entre lo científico y lo místico, siendo este un término más apropiado para no encerrarse en la categoría tradicional de "religión". Expone cada uno de los términos que necesitará plantear y dará su opinión personal de lo que considera el sentido real de la vida, cuestionando lo que se cree verdad y proponiendo nuevos lineamientos individuales para ser más felices.