ISBN 978-612-5031-18-1

Reseña

Si la década de los 80 fue pródiga para la poesía arequipeña, con el surgimiento de grupos como Ómnibus, Eclosión y Macho Cabrío, la década de los 90 se orientaría más hacia la narrativa. El petit boom de la narrativa arequipeña, según ha sido consignado en el estudio sobre la literatura
arequipeña finisecular de Rosa Núñez y Gregorio Torres1, rindió frutos palpables con la obtención de algunos premios importantes por parte de escritores locales, entre los que destacan el primer lugar en el Cuento de las 1000 palabras de la revista Caretas por Fernando Rivera en 1992; así como el primer puesto en el Premio Copé de Cuento por Yuri Vásquez en 1994; a los que habría que agregar lugares de finalistas y menciones honrosas de otros escritores en esos mismos concursos, así como en otros surgidos en la región en esos mismos años y que después lamentablemente no persistieron, como el Concurso Nacional de Cuento de la Municipalidad
de Paucarpata, y el Concurso de Cuento Estímulo del Diario Correo.

Pero los premios, momentos consagratorios para jóvenes que plasman sus primeros textos son, al fin y al cabo, la punta del iceberg. El punto es que, a diferencia de décadas anteriores en las que la tradición literaria arequipeña se manifestaba fundamentalmente en poesía, la década de los 90 puede ser considerada como la década de la narrativa, y especialmente, del cuento. Por otro lado, si bien algunos de los

nuevos narradores trabajan de manera solitaria y casi insular2, otros siguen el camino del grupo literario. Los grupos se expresan a través de revistas, publicaciones que a veces sirven justamente para conglomerar a los autores a partir de la aventura editorial; mientras que otras sirven para mostrar los mejores frutos del trabajo continuo que se realiza en el grupo.

En el primer lustro de la década de los 90, dos grupos eran visibles en la narrativa arequipeña: Solitarios y Claraboya. En este último se aglutinaban algunos escritores que, décadas más tarde, han seguido vincula-dos a la literatura como su principal ocupación, ya sea como creadores, como críticos y profesores, o ambas cosas a la vez, como es el caso de Fernando Rivera, Goyo Torres o Richard Leonardo. Otros, si bien se han desarrollado profesionalmente en otros campos, no han abandonado la creación literaria, como Jimmy Marroquín o Elard Serruto. No es éste, por supuesto, el lugar para consignar a todos los miembros de Claraboya, su producción de entonces y su trayectoria posterior. Más bien esperamos que, quizás inspirados por esta publicación, algunos de ellos se animen a realizar el trabajo de recuento, recopilación y rescate de este grupo que ocupó probablemente la posición más central en la narrativa arequipeña de los 90 ya que, además de la revista Claraboya, varios cola-boraban también en el suplemento cultural Lagartija del diario Correo, de gran resonancia en ese momento

La presente publicación tiene como objetivo rescatar la producción literaria del grupo Solitarios, expresada fundamentalmente a través de su revista del mismo nombre y de otras publicaciones complementa-rias. Esperamos con ello ofrecer a la crítica y a la historia de la literatura arequipeña –y peruana en general- un material de difícil acceso dada la antigüedad y limitada circulación de las publicaciones originales. Creemos que los textos publicados en esas revistas, si bien ciertamente per-fectibles, pueden ser un aporte valioso para rastrear las preocupaciones, temas y rasgos de estilo de los entonces jóvenes escritores en un momento en que la narrativa arequipeña empezaba a afianzarse, pues en el nuevo siglo ya se observarán publicaciones y proyectos novelísticos de mayor envergadura. Sería óptimo que esta publicación se complemente con otras, tanto de recopilación como de estudio y balance. La narrativa arequipeña es todavía un terreno en el que se puede y se debe desarrollar mucho trabajo crítico.

En este estudio introductorio queremos primeramente reseñar la trayectoria del grupo Solitarios a lo largo de sus 6 años de existencia (1989-1995), luego delinear cuál podría ser su poética, y finalmente realizar un análisis somero de los cuentos publicados, atendiendo a sus pun-tos de coincidencia, así como también al impacto del momento histórico nacional y local en sus escrituras. También hemos querido complementar la publicación de los textos originarios, objetivo central de esta edición, con los testimonios actuales de los integrantes del grupo, pero también de otros amigos que acompañaron un poco más de lejos el proceso. Estos breves textos versarán sobre diversos aspectos que permiten entender tanto la dinámica de taller del grupo como el ambiente literario de los 90 en la ciudad de Arequipa. Finalmente, incluiremos algunas producciones más recientes de los integrantes del grupo para mostrar la evolución del devenir de su poética en las décadas posteriores, además de la recuperación de discursos e imágenes de la época.