Actualmente, el nexo entre comercio y ambiente es indiscutible.
Tradicionalmente, las normas que regulan el comercio se desarrollaron de manera relativamente independiente de aquellas que buscaban la protección del ambiente. Sin embargo, desde hace algunas décadas, la interacción entre ambas se ha hecho más evidente. Si bien existen ejemplos de esta relación en tratados internacionales, como la Convención sobre comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES), en el presente estudio se analizarán algunos acuerdos de promoción comercial regionales o bilaterales que han incorporado obligaciones de carácter ambiental que deben ser cumplidas por los Estados.