Finalmente, y sin el ánimo de desmerecer la participación y el sacrificio de todos quiénes estuvimos en las operaciones de rescate de las desafortunadas víctimas que murieron en el siniestrado avión de Aero Palas, por cuya omisión involuntaria se sintieran ignoradas, les pido perdón; pero me sentiría muy aliviado y feliz si mi gesto de civismo llega a saberse entre los familiares de las víctimas cuyos cuerpos tuve en mis manos, sufrí y lloré con ellos.