El volumen se conforma de cuatro secciones: «La tarea de la razón», tema central en la investigación de nuestra maestra y colega; «Reflexiones husserlianas», motivo de la inspiración de nuestra autora; «Lecturas y diálogos», puesto que sin el amplio espectro del mundo intelectual de la filosofía sería imposible comprender la magnitud de la tarea del filosofar; y «Resonancias», una suerte de despliegue del diálogo implícito al que convoca la obra y la autora homenajeada.
Contribuciones de nuestra región y del mundo han estado a la orden del día para este homenaje. La pequeña muestra de acogida es solo un índice no únicamente del afecto personal, humano, que todos y cada uno de los colaboradores tiene por Rosemary, sino también del respeto intelectual que le profesan, aquí y allá, unas y otras personas: compañeras de trayectos de nuestra investigadora; algunas de las personas que han gozado del influjo de su magisterio; y, sin más, algunas de las muchas personas que admiran su trayectoria.
Cierto, esta obra es un intento modesto de acotar temas y problemas que han basculado en el trasegar de nuestra colega; pero no puede verse como un intento —ni siquiera lejano— por dar cuenta de los estudios críticos y sistemáticos que amerita el arco de su producción intelectual. Es, más bien, un intento de acotar, desde la gratitud, algo —así sea mínimo— de lo mucho que le debe nuestra lengua, nuestra disciplina y nuestra vocación a esta maestra de filosofía.