El poeta de Escrito bajo la soledad de tu ausencia le canta a las cenizas y a las estelas de aquel fuego astral que ardió cuando la pasión de la amada ―una musa entrañable― fue enlazado y correspondido por el amante, aquel versista que resume toda su vida a los amores ―ya idealistas o veleidosos― que deseó, poseyó y perdió. Este poemario propone que aquellas ninfas del amor despiertan en el poeta el conflicto, el desamor y el desequilibrio, y aquella contradicción ―con el deseo y la pasión que cobijaron a los enamorados― le ofrece alma y corazón al poema; es decir, lo hace palpitar, le da vida. Un poemario bien planteado, de gran propuesta, escrito con solvencia y oficio, que sale airoso y vencedor ante la valla alta de ofrecer buenos poemas de amor.
Francois Villanueva Paravicino