La actividad minera es para la sociedad actual uno de los sectores más importantes, dado que este contribuye de gran manera sobre la economía nacional, sin embargo, el llevar a cabo estos procesos representa también un constante conflicto con las comunidades involucradas. Esto se debe principalmente a que el desarrollo de la actividad minera debe mantener un diálogo con las comunidades, a fin de que pueda establecerse cómo afectará a la forma de vida de los pobladores y de qué manera contribuirá sobre la comunidad la minería.
No obstante, más allá de los beneficios económicos que pueda representar para la compañía minera y el Estado, representa una desventaja para la vida de los pobladores, dado que se afecta notablemente sus principales fuentes de agua, elemento que es básico para el desarrollo de otras actividades como la ganadería o agricultura, llevando así una cadena de efectos adversos, sumados a la reubicación de la comunidad que suele darse y el alto impacto ambiental ocasionado por los residuos. De esta manera, resulta necesario la promoción de políticas que contribuyan con la responsabilidad social por parte de las empresas mineras, a fin de que las actividades no afecten a la comunidad involucrada, sino que, por el contrario, el desarrollo de este sector signifique un avance para la población y todo lo que conlleva.