La publicación de este libro contribuye a crear una «cultura constitucional», al decir de Peter Häberle, porque en la medida y en la forma como se describa y explique la normativa constitucional se entenderán mejor las experiencias de los pueblos al seleccionar las instituciones convertidas en parámetros referenciales y se les dará el contenido que corresponda a una sociedad determinada –como, por ejemplo, la normatividad internacional de derechos humanos, el Tribunal Constitucional, la defensoría del pueblo, entre otros–. De ahí que los pueblos contribuyeron a crear su cultura constitucional gracias a su rica jurisprudencia, la cual proporcionó matiz y colorido. Su identificación esencial proviene de la raíz de fenómenos sociales muy propios a los cuales revistieron de disposiciones jurídicas que se tornaron válidas y eficaces. A todo ello contribuye el libro que se presenta.