Marco Martos: «Buena parte de la poesía peruana contemporánea está singada por su capacidad de negación del orden burgués, pero esa capacidad tiene un sello pesimista esencial, especialmente en los mejores […] Tenemos, pues, una vigorosa tradición pesimista, por eso nos sorprendemos de cuando en cuando con un poeta del optimismo real, profundo, arraigado en hechos concretos, y con una posición definida. Es el caso de Feliciano Mejía».
Luis Enrique Tord: «[…] es un escritor singular, totalmente nuevo, que mira el mundo desde una condensada y perpetua rebeldía por momentos inasibles».
Dora Bazán: «[…] otra faceta de su producción, revela una fina ironía y la crítica social expresada a través de contrastes. Su propuesta propugna escribir al alcance de todos».
Rafael León: «[…] Feliciano Mejía es un poeta que está siempre a la búsqueda de la palabra revolucionaria más clara, esa que se enlaza con la lírica mejor que ninguna».
Alberto Escobar: «[…] Mejía es un observador agudo de los ritos y enmascaramientos sutiles de la moral burguesa. […] Sus prosas […] despliegan un arco más sutil y sugestivo, a fin de representar la descoposición del mundo contra el que levanta su palabra».
César Toro Montalvo: «Mejía, además de poeta es narrador y autor teatral […] elige el tema para llegar a sus mismas esencias, adecuando su temperamento experimental al discurso, por intermedio del cual despliega sus encargos ceremoniales. En sus formas corrosivas de marcados fines ideológicos, se presagia la ternura de su utilería, capaz de arrastrarnos al camino de la amargura como una asonancia esperpéntica y sensible del dolor humano».
Abancay (Apurímac)-1948-
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