La sensación de estar atrapados que expresan sus protagonistas,
el aire de intemporalidad que respiran sus escenarios y una prosa
que logra trenzar melancolía y sentido del humor, son algunos de los
rasgos que provocan que, en estas páginas, lo fantástico aparezca
en las ruinas de lo real. Tras su lectura, surge la cuestión de si en un
escenario como el actual, donde nos guarecemos de nuestras soledades
en urbes decadentes, es posible vivir fuera de la locura, o es
este un lugar desde el que construirse voluntariamente.