¿Que comemos y de donde viene lo que comemos? Esta incógnita nos lleva a un viaje en el tiempo y en el espacio, y como producto de ello se llega a la conclusión que la civilización depende del conocimiento de las plantas y su cultivo, convirtiendo en este contexto a la botánica en una de las ciencias más antiguas, que aporta conocimientos indispensables para entender la conservación de los recursos genéticos de las plantas cultivadas, así como aportes de los estudios filogeográficos que junto con la genética de poblaciones, nos permitan conocer la microevolución y macroevolución de las plantas domesticadas, y que es actualmente uno de los temas más importantes para el futuro de la humanidad.
No obstante, muchos miembros de la sociedad industrial moderna jamás han visto o parecen no reconocer que las plantas silvestres poco apreciadas son las progenitoras de nuestros actuales cultivos que sustentan no sólo las necesidades alimenticias y de salud, sino también, los de vestimenta y cobijo. Por lo tanto, la importancia de la domesticación de las plantas permitió tener cosechas controladas y una fuente de alimentación constante y permanente, no casual como la caza y la recolección.