Ingelmo al referirse sobre los sistemas de agricultura sostenible, ha dado lugar a un renovado interés por el uso de cubiertas vegetales como cultivo simultáneo o durante la estación de reposo del cultivo principal de cítricos para minimizar las pérdidas de suelo por erosión y las pérdidas de nutrientes (principalmente nitrógeno) en las aguas de escorrentía.
El mismo autor agrega que los resultados conseguidos en relación con la mejora de la fertilidad física del suelo y con el mejor aprovechamiento del agua confirman dicho interés. El sistema de manejo ensayado en el cultivo de cítricos, con diferentes tipos de cubiertas herbáceas y diferentes suelos, es sencillo y fácilmente aceptable por el agricultor como práctica tradicional.
La experiencia indica que la mezcla de gramíneas y leguminosas es aplicable en un rango alto de clases texturales y no supone un coste inicial excesivo para su implementación, puesto que puede reducirse la dosis de siembra sin afectar significativamente la producción de biomasa y también utilizar algunas leguminosas que puedan tener un valor añadido, como es el caso de los guisantes.
El coste de establecimiento de la cubierta vegetal oscila entre las 3500 y las 7000 plantas/ha, pero dicha inversión podría compensarse con una menor necesidad de laboreo del suelo o de utilización de plaguicidas para luchar contra la vegetación adventicia. (Ingelmo, 1998, p.34)
Por otro lado, Norris (1986) destaca que existe un mayor número de referencias bibliográficas que señalan una disminución de las poblaciones de artrópodos (fitófagos o entomófagos) cuando se intercala una cubierta vegetal viva en el cultivo principal; en cuanto a patógenos, las referencias indican que algunos cultivos de cubierta pueden ser vectores de patógenos y en lo que respecta a los nemátodos, algunos cultivos de cubierta no son huéspedes de poblaciones de nemátodos o suprimen dichas poblaciones; en este sentido, podrían aprovecharse para el manejo de estas poblaciones.
Siguiendo dicha línea de pensamiento, a modo de reflexión: “el cambio hacia una agricultura ecológicamente sostenible debe hacerse de una forma progresiva y abordando, en primer lugar, aspectos parciales y concretos que sean susceptibles de mejoras tangibles mediante prácticas de manejo sencillas y eficientes” (Ingelmo, 1998, p. 40).
Por consiguiente, se propone la implantación temporal de algunas cubiertas vegetales herbáceas en el cultivo de cítricos, como ejemplo de una práctica agrícola que puede representar un paso concreto en el largo camino hacia la sostenibilidad.