La historia cuenta que Cuniraya era un dios a quien le gustaba tomar la apariencia de un hombre de la calle y la gente lo trataba como mendigo desconociendo el poder que este tenía sobre el mundo. Él se enamoró de Cahuillaca, una doncella muy hermosa que nunca había sido tocada por ningún hombre, pero era deseada por muchos. Un día ella se encontraba tejiendo bajo un árbol, Cuniraya se percató de eso y se las arregló para hacerle llegar un fruto de aquel árbol. Y ahí empezaría la magia y la maldición de los amantes.