A modo de exordio, se puede señalar que el conocimiento de todos los procedimientos y procesos tributarios presenta una enorme dificultad propia de una verdadera dispersión normativa. Se configuran con el denominado “derecho procedimental tributario”, se desarrolla en la vía administrativa y el llamado “derecho procesal tributario” que complementa a la anterior mediante la vía judicial o constitucional o supranacional y, últimamente, con medios alternativos de resolución de conflictos. Sumándose al trance que acabamos de señalar, debemos de admitir que, en lo concerniente a esa gran diversidad normativa, enfrentamos una complejidad adicional.