Un puñado de cuentos que deambulan entre Lima y los Estados Unidos, con personajes envueltos en disyuntivas y situaciones embarazosas, acarreadas por ellos mismos o por ciertos problemas familiares. Relatos cortos, sencillos, que apelan en algunos casos a la sensibilidad y, en otros, a los ambientes comunes, hogareños, aunque no carentes de una sutil extrañeza. Así, dentro del conjunto, vemos la agresión de una planta humanizada, única en la percepción de quien ha sido testigo de aquel hecho, así como la ilusión de un padre ausente, ingenuo, que siente caérsele el mundo encima cual súbito derrumbe de piedras. El juego sensual también está presente, en pequeñas dosis que se manifiestan de forma inesperada y se cuelan entre los recovecos de episodios formales, del mismo modo que la emoción de hallarse ante percances inevitables. En suma, un volumen cargado de imágenes caseras, de guiños identificadores, escritos con un lenguaje directo y funcional.