Los hechos narrados en Una casa para el caminante, sucedieron cuando José Luis del Palacio y Antonio Garciandía eran responsables del Camino Neocatecumenal en el Perú, allá por los años ochenta. Ambos tenían una fe inquebrantable en Jesucristo resucitado. En ese entonces, José Luis era un seglar y Antonio un presbítero de la Iglesia Católica.
José Luis y Antonio son españoles de nacimiento y abrazaron el Camino Neocatecumenal en su tierra natal. Fueron enviados al Perú en el año 1976 como misioneros, para anunciar la Buena Nueva. Según José Luis me comentó en su momento, llegaron al aeropuerto de la capital el veintitrés de marzo, festividad de Santo Toribio de Mogrovejo, quien fue el segundo Arzobispo de Lima, una “coincidencia” de la que se percataron al encontrarse rezando el oficio divino en el avión. El Camino Neocatecumenal es uno de esos vientos que cada cierto tiempo intentan llevar a la Iglesia Católica hacia sus fuentes cristianas originales