Porque a doscientos años de iniciada nuestra vida republicana, derrotando al colonialismo español, se impone hacer un balance de lo actuado, lo logrado y lo no alcanzado.
Además, nada se puede analizar fuera de la pandemia la que por ser la primera epidemia extendida al conjunto del planeta, sencillamente ha parido una nueva era en la historia de la humanidad. Es un capítulo inédito. Cruza todas las actividades de las especies vivas en este
momento y toda la discusión filosófica, científica y deontológica.
Un Bicentenario que se iniciaba con alguna expectativa puede estar, a su vez, pasando a ser una historia anodina, sea por la pandemia o por las vicisitudes de la vida política menuda que nos consume, los odios viscerales y la escasa capacidad de objetivar la situación peruana y
formular al unísono planes y perspectivas para su desarrollo. No negamos que hay poco que celebrar y que el ruido político que genera la lucha fratricida nos ha distraído respecto de esta fecha.