El presente trabajo de investigación nace por la inquietud de saber si la calidad de sueño influye en el riesgo cardiovascular. La sociedad actual es consciente del gran impacto que influye el sueño sobre la vida de las personas. Los efectos del sueño no se limitan al propio organismo como necesidad de restauración neurológica, sino que afectan el desarrollo y funcionamiento normal de un individuo en la sociedad (rendimiento laboral o escolar, relaciones interpersonales, seguridad vial, etc). De este modo, la calidad del sueño constituye un aspecto clínico de enorme relevancia. Así lo demuestran las estadísticas al respecto: 30- 40% de la población padece de insomnio, 1-10% sufre apneas de sueño y 60% de los trabajadores por turnos informa de alteraciones del ritmo circadiano.