El libro se centra en la figura de Javier Prado e incide en el rol de la educación como herramienta central de cambio en el país. En tal sentido, es un libro valioso para superar dicotomías arraigadas en el pensamiento histórico peruano y reconocer las complejidades de los procesos de cambio que ha confrontado el país a lo largo de su historia y a los distintos actores que intervinieron en estos procesos.