ISBN 978-612-5045-52-2

Reseña

El Sol se asomaba tímidamente sobre las cumbres de las estribaciones andinas, iluminando la ciudad de piedra construida sobre la plataforma aluvial, y elevada sobre la margen izquierda del río Supe, se dirigía hacia el mar en dirección al ocaso. La sombra proyectada de las pirámides, alineada con el viaje del Sol, señalaba su viaje equinoccional, el inicio de la estación seca, en el mes de marzo.

Acuidimos en respuesta a la invitación del CAP, que hiciera la Dra. Ruth Shady Solis, llamada "la Dama de Caral", descubridora y estudiosa de la cultura del mismo nombre. La ciudad de Caral es la más importante dentro de una treintena de ciudades, extendidas por un amplio territorio que comprendió la costa, la sierra y la selva, e iniciaron el proceso civilizatorio único y prístino de las culturas centro andinas, base de nuestra peruanidad.

Como arquitecto, me asombró la genialidad de estos primeros hombres andinos, su conocimiento del arte de la construcción, que les permitieron estas edificaciones monumentales, epítome de su unión con su entorno natural, y construída hace más de 5000 años. El conjunto arquitectónico ceremonial está conformado por tres elementos fundamentales: la pirámide mayor es el del mundo superior, el de las potencias que regían la vida. A sus pies, el anfiteatro, semienterrado y circular, para la danza y la música, se comunica el tercero, la Explanada, el mundo de abajo, destinada para el pueblo que refleja el espíritu social y el anhelo civilizatorio de esta sociedad.

El trazo del complejo urbano está conformado por seis pirámides, denominado "zona alta", estas engloban dos espacios abiertos; uno para la ex´planada ya mencionada; y, el otro, de menor envergadura, donde se levanta el monolito lítico, que marca el tiempo. Otra zona baja, que comprendía un gran anfiteatro y un altar circular, entre ellos una serie de almacenes de bienes.

La cultura Caral conformó una sociedad de carácter teológico, fuertemente estructurada y subordinada, dedicada a la pescala agricultura y la ganadería, sintiendo la necesidad de conformar ciudades, formar un tejido hecho por redes de comunicación entre sí, y generando polos de desarrollo especializados.

La historia de Kar'Al pretende encontrar la respuesta en el "sueño", no el descanso físico, para renovar y equilibrar nuestra forma física, sino aquel inspirador en donde el hombre encuentra respuesta a sus inquietudes, y que solo le llega a unos pocos escogidos; su inspiración ilumina el camino manifestado por los designios de la deidad creadora que determina el destino del hombre como centro andino sudamericano, y engloba todas las culturas que durante 5000 años iluminaron nuestra peruanidad.