El poeta Julio César Salvador Encalada nos presenta su libro Tristefónika. Un libro dividido en dos partes: La palabra reposa a la luz de la cifra y El ascenso de las tristefonías.
En la primera parte, la naturaleza, en dimensiones diversas, bien como jaguar, viento, ruiseñor, montaña o candirú, es el objetivo del poeta para componer sus versos con la savia de la palabra impregnando un mensaje trascendente que implica acercamiento del hombre con su medio; desolación o anhelo se alternan en la llamada de los versos dando vida al sentir del poeta.
En la segunda parte ascienden las tristefónías como señas inasibles que se adhieren a los versos para dejar su propio acento y llamar a la puerta de las conciencias. En este apartado encontramos los poemas: “Amaneceres inciertos”, “Como imán el tiempo se ensaña”, “Cuando el alma se desgarra en su día” o “Bruñe el sol a mis párpados esquivos”. En estos poemas percibimos la fuerza de la existencia latiendo en cada uno de sus versos.
La melancolía o las reminiscencias míticas son recurrentes en esta segunda parte, manteniendo el hito inaudible de la voz del poeta, que trata de acercar presente con pasado.