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ISBN 978-612-49137-5-4

Violencia familiar e inteligencia emocional: Un enfoque sistémico


Autor:MANRIQUE CHÁVEZ, ZORAIDA ROCÍO
López Ruíz, juan
Flores Espinoza, Anthony Rosseau
Ecos Espino, Alejandro Manuel
SATO RUÍZ, JORGE EDUARDO
MORAN QUINTANILLA, YSABEL
Editorial:Mar Caribe de Josefrank Pernalete Lugo
Materia:Investigación
Clasificación:Actitudes sociales
Público objetivo:Profesional / académico
Publicado:2022-12-19
Número de edición:1
Número de páginas:0
Tamaño:5Mb
Precio:S/50
Soporte:Digital
Formato:Pdf (.pdf)
Idioma:Español

Reseña

Las principales organizaciones sanitarias internacionales consideran la violencia familiar como consecuencia de la violencia de pareja, como el fenómeno que representa un problema de salud mundial con graves consecuencias tanto para la familia como para las víctimas, con consecuencias físicas como psíquicas. Aunque la violencia conyugal se suele asociar a la violencia contra las esposas (Echeburúa, Corral, Sarasúa, Zubizarreta & Sauca, 1990; Ferreira, 1995), existen diversas manifestaciones sociológicas (Strauss & Gelles, 1986), clínicas (Perrone & Nannini, 1997) y sociales (McNeely y Robinson-Simpson, 14), quienes consideran comparable el efecto de diferentes formas de violencia entre hombres y mujeres.

Sin embargo, las consecuencias de la violencia de pareja suelen ser más devastadoras para las mujeres, lo que se debe principalmente a la diferencia entre ambos sexos en cuanto a la fuerza física y complexión. Por lo tanto, a los hombres les resulta más difícil identificar los síntomas que registren la desafortunada consecuencia del "síndrome de la esposa maltratada" de Walker (1979), que describe comportamientos como la inhibición, el aislamiento y la victimización. Por otro lado, existen estudios (Ferreira, 1995; Torres y Espada, 1996) que muestran que las mujeres salen perdiendo frente a los hombres no sólo en cuanto a las consecuencias físicas de la violencia conyugal, sino también en cuanto a posibles consecuencias legales, sociales y económicas, las posibles consecuencias psicológicas derivadas de dinámicas violentas.

Por tanto, en base a estudios epidemiológicos que muestran la prevalencia de la violencia masculina contra la mujer (Lorente, 2001) y la violencia diferencial entre ambos sexos (Jacobson y Gottman, 2001). En este sentido se presenta el estudio de violencia familiar e inteligencia emocional por el fenómeno del maltrato psicológico de los hombres hacia las mujeres y su repercusión en los niños y la familia. En este sentido, es interesante referirse en esta introducción a las conclusiones extraídas del primer estudio de la Organización Mundial de la Salud sobre violencia doméstica (2005). El estudio pertinente muestra que la violencia más frecuente en la vida de una mujer es la cometida por la pareja, que supera el número de agresiones o violaciones cometidas por extraños o simples conocidos.

Además, se detallan las consecuencias muy importantes para la salud física, emocional y relacional de la mujer. No hay que olvidar que el estrés crónico provocado por el maltrato actúa como base para la aparición de diversas enfermedades en la víctima, agudizando en gran medida las enfermedades ya comprobadas (Blanco, Ruiz-Jarabo, García de Vinuesa y Martín-García, 2004) y ampliar el espectro patológico del maltrato de pareja.

Los síntomas físicos, por el contrario, pueden aparecer de forma específica por diversas lesiones (trauma craneoencefálico, rotura de tímpano, quemaduras...) que pueden llegar a provocar una incapacidad o deterioro funcional de la víctima, así como síntomas inespecíficos (fatiga, cansancio, dolor de cabeza, lumbalgia...). En la mayoría de los casos, los síntomas físicos están relacionados con diversos problemas mentales (ansiedad, psicosomáticos, trastornos del estado de ánimo...) que constituyen condiciones que provocan síntomas crónicos.

Estudios internacionales muestran que las mujeres maltratadas tienen de 4 a 5 veces más probabilidades de requerir tratamiento psiquiátrico que aquellas que no son maltratadas por sus parejas (Campbell, Kub, & Rose, 1996; Díaz-Olavarrieta, Ellertson, Paz, De León, & Alarcón-Segovia, 2002; Jaffe, Wolfe, Wilson y Zak, 1986; Kubany, McKenzie, Owens, Leisen, Kaplan y Pavich, 1996). Si tomamos esto como nuestro punto de partida, los datos recopilados por la OMS (1998) que muestran la "tortura mental" y "vivir con miedo y terror" como las peores formas de abuso tienen aún más sentido cuando se aprende a comprender el estado de agotamiento emocional al que llega la víctima.

Por tanto, dada la gravedad de las consecuencias (Castellano, García, Lago & Ramírez, 1999), creemos que es obligatorio abordar el papel de la violencia psicológica, la inteligencia emocional en las relaciones. Estamos ante un problema social recurrente que vuelve a poner en tela de juicio el origen de la violencia en la familia. Las explicaciones más tradicionales corresponden a comprensiones psiquiátricas que optan por interpretar la violencia como algo que surge inevitablemente como resultado de unas características individuales que determinan el perfil psicopatológico de la pareja agresora (Grosman, 1992). Hoy en día se puede decir que existe evidencia empírica de que el 80% de las conductas violentas no están relacionadas con problemas de salud mental (Bonino, 1991) ni con la adicción al alcohol y/o a las drogas argumenta lo contrario (Byles, 1978; Fagan, Stewart y Hansen, 1983; Hanks y Rosenbaum, 1977; Rosenbaum y O'Leary, 1981).

Según Echeburúa (2006), sólo el 20% de la población que maltrata a su pareja tiene enfermedades mentales como esquizofrenia paranoide o trastornos delirantes y adicción a las drogas o al alcohol. Si bien el 80% restante se puede considerar "normal" por la ausencia de un trastorno grave, es cierto que existen cambios en los dominios cognitivo y de personalidad, que se manifiestan en la profundización del machismo y la instrumentalización de la violencia para resolver conflictos.

De esta manera, la perspectiva actualmente imperante apela a argumentos socioculturales que difieren de los enfoques antes mencionados. La base del fenómeno de la violencia de pareja proviene del carácter patriarcal de nuestra sociedad occidental (Hué, 1994), que se transmite a través de un proceso de “cultura” (Harris, 1983) que genera la conocida violencia simbólica por la cual “los hombres" y las mujeres reconocen la superioridad masculina como el orden de la vida social" (García de León (1994).

La violencia intrafamiliar es un fenómeno que afecta a nuestra sociedad día a día se ha ido impregnando en ella, desde el inicio de la historia hasta la actualidad; afectando principalmente a nuestros niños y mujeres y causando en ellos problemas tanto emocionales, psicológicos como físicos. En este trabajo se describe a la familia desde la teoría sistémica y se mencionan los tipos de familias, para comprender mejor el abordaje de la violencia física intrafamiliar. Se estudia la violencia física intrafamiliar, la misma que es frecuente en nuestra sociedad. La violencia física es una de las formas más frecuentes para la resolución de conflictos dentro del hogar.

Las personas más vulnerables de violencia intrafamiliar son los niños/as, mujeres y ancianos quienes son perjudicados tanto en su integridad física como psicológica. Adicionalmente, se exponen las diferentes causas de la violencia como son, alcohol, drogas y pobreza; se ha considerado importante describir las características de los agresores y su comportamiento en la familia.

Así mismo se exponen las consecuencias del maltrato físico en el comportamiento de los niños, tales como: Problemas físicos, emocionales, cognitivos y de conducta. Los niños son los principales testigos y víctimas de la violencia doméstica, e interiorizan las acciones violentas del agresor como la única forma correcta de solucionar el problema. Así mismo en el presente libro se describen algunos lineamientos sobre violencia doméstica física, planes de emergencia para la violencia doméstica, indicadores de violencia familiar en Perú.

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