Alejando aún no ha cumplido los doce y es consciente de que no existe el robo perfecto. Por lo tanto, lo que le hicieron a su abuelo no tiene perdón. ¿Acaso no son amigos de verdad?. se pregunta. No se quedará con los brazos cruzados, y sabe muy bien que uno de los mandamientos enseña que no hay que robar. Por ello, cree que, tarde o temprano, gracias a su olfato de investigador privado, atrapará al ladrón.