ISBN 978-612-4102-77-6

Reseña

La presente compilación brinda a los lectores las bases de lo que la pedagogía ignaciana entiende por educación: formar «hombres y mujeres para los demás». Sin embargo, si bien toda institución jesuita de educación se esmera en ser fiel a los origenes de la Compañía de Jesús creada en 1540, ella sabe también que se trata de una fidelidad creativa.

Así, lejos de quedar en la repetición de expresiones inamovibles, la fidelidad a los origenes exige una reflexión permanente para encarar los procesos y exigencias del momento cuyos retos se expresan, hoy en día para toda la Compañía, en el servicio de la fe que no puede separarse de la promoción de la justicia, para la mayor gloria de Dios, que es la vida de los hombres.

Por ello, para alcanzar la excelencia académica se deberá buscar en sus profesores no sólo el más alto nivel profesional, sino su actitud o carisma educador, su capacidad para conducir los procesos de aprendizaje de modo que aseguren el mejor rendimiento del alumno. Creemos que los procesos de aprendizaje dependen en buena medida de las motivaciones, y éstas a su vez maduran en una relación interpersonal que sitúa al profesor como formador y al alumno como ser libre, capaz de obrar con responsabilidad. Esta educación personal y personalizada es uno de los postulados básicos del paradigma de la pedagogía ignaciana. Por eso, los textos reunidos en esta publicación testimonian el esfuerzo bifronte que señala una fidelidad creativa.