En los últimos años en América Latina, el incremento de mujeres que van ocupando altos cargos representativos es evidente, han ido conquistando espacios en el campo laboral con logros académicos, en las esferas públicas como en la política, (Ruiz y Grande, 2015) la llegada al poder de las primeras presidentas ; caso de Chile, Argentina, Panamá, Nicaragua por mencionar algunas, número de mujeres que ocupan cargos en instituciones públicas, es palpable el aumento pero no suficiente. Siguen conciliando la vida familiar con la profesional, aunque ello implica doble o triple jornada laboral para la mujer; aun en este escenario, se dice que ha habido avances en la participación de la mujer los quehaceres políticos, económicos y sociales.