Jenny Vallejo, con este artefacto lírico, se prepondera como la voz femenina, inmersa en la tradición de la literatura sullanera, que más se ha osado por volcarse en diversiformes superficies ficcionales. Ella sonoriza su voz sobre dos superficies discursivas (…) que convergen, al unísono, hacia el destino que se le ha atribuido, connaturalmente, a la literatura: propiciar la existencia (…) de universos colmados de alegorías.
Ricardo Musse Carrasco