ISBN 978-612-5067-19-7

Reseña

El rostro de la violencia contra la mujer tiene múltiples formas y constituye una condena generacional que va cambiando patrones para camuflarse ante los demás, pero, en esencia, no pierde su crueldad y amenaza lentamente la tranquilidad y autoestima de la protagonista de la novela No soy una bastarda: parte I. Basada en la historia de Antonela del escritor Javier Matos Quintanilla, cuya maldición impuesta la sumergirá en un lugar de tinieblas en el que reina la podredumbre de esa lacra social, la cual casi siempre ha sido amparada por un marco legal permisible y ciego, institucionalidad que actúa cuando el atroz suceso se ha consumado. Esta novela nos muestra la oscura cara de esa violencia contra las mujeres, la cual no ha cesado durante mucho tiempo ni ha dado tregua. Tampoco toma en consideración la significancia sustancial de la efeméride del 8 de marzo en su noble representación a nivel mundial por frenar esos repudiables crímenes.
De la misma manera, esa bazofia social se aprovecha muchas veces de las condiciones de desamparo, pobreza, dependencia emocional y abuso de autoridad que tiene a favor para ejercer en calidad paternal y arremeter con sus bajas pasiones a los miembros más frágiles de su propio hogar e infringirles el peor daño que destruirá por completo sus vidas. Sin embargo, sin una colosal fuerza de voluntad jamás se podrá salir de ese aterrador abismo. Esta es una situación aberrante que no se puede creer que siga sucediendo aún en estos tiempos. Por lo tanto, debemos ser precavidos ante este tipo de “anormalidades”, las cuales pululan en la sociedad al acecho, cubiertas bajo una sombra infractora de legalidad.