El desarrollo de infraestructura vial en el Perú puede contribuir con el acceso a servicios públicos, a la dinamización del comercio y genera impactos indirectos positivos, como encadenamientos productivos y la reducción de la pobreza (Fort y Paredes, 2015; Webb, 2013).
Sin embargo, la infraestructura vial también genera impactos indirectos negativos. En la Amazonía, estos son principalmente la deforestación, el cambio de uso del suelo y la ocupación desordenada del territorio (MINAM, 2016). La construcción de vías es la segunda variable que explica la deforestación ocurrida en el Perú entre el 2001 y 2019 (Rojas et al., 2021). En la región Loreto, como se ve en el mapa 1, la deforestación y cambio de uso del suelo inducida por vías se concentra en los primeros 12 km de proximidad de los trazos (UPCH, 2022).