La novela devela la lucha por la vida de dos seres contrarios en ideales, en pensamientos y en actitudes, pero que determinan su existencia por los hechos que de la vida hacen otros, y por los espejos de la existencia que deciden seguir, sin medir las consecuencias, o soñando con los sueños de los ilusos, que un día creyeron fáciles, sin saber que el camino está lleno de pesares, de angustias y de tragedias.
Don Alejandro es la columna de un hogar que se dobla ante las evidencias y los avatares de la vida, y toma decisiones sin medir las consecuencias; estas le cuestan su triste existencia y la vida, pero en la forma de decidir como padre, se muestra que sabe entender a sus hijos, que sabe cuándo dejar de luchar, para no dejar de ser progenitor, aunque los hijos se olviden de él.
María José es un prototipo de la juventud actual, que lejos de buscar en realidad la superación personal, ve el dinero y la fortuna como solución a la vida y a la existencia mísera que cree vivir, y que se rebela contra la sociedad y la familia para buscar sueños y esperanzas, haciendo a un lado las raíces que la formaron para insertarse en el mundo de los que piensan sólo en sí mismos, y que tratan de hallar perdón a sus hechos con lágrimas tardías y sin valor.
Pacaraos (Huaral), Lima, 1983-
Docente