Keawe, un marinero hawaiano, le compra a un hombre maduro, calvo y de barba negra una botella, pues el diablo que vive dentro de esta cumple los deseos de quien sea su ocasional propietario. Los poderes siniestros de la botella cumplen los deseos de Keawe: tener la casa de sus sueños, curarse de la lepra y casarse con Kokua. También se menciona el intento de Keawe de librarse de la botella, pues no quiere condenar su alma al Infierno. Tras haber tratado por todos los medios de librarse de ella, finalmente Keawe logra que un contramaestre la compre y no quiera revenderla. Desde entonces, Keawe vive en paz con Kokua en la Casa Resplandeciente.