La presente obra profundiza de una manera sistémica la enseñanza
del derecho en las universidades, bajo un esquema androgógico
y mediante el empleo de ciertas técnicas innovadoras basadas
–por lo general– en la redacción y en la argumentación jurídica. El
autor, a través de su texto, logra desarrollar los estándares en la calidad
objetiva de las diversas competencias que el abogado docente
debe adquirir. Por otra parte, no debemos olvidar que los estudiantes
de derecho deben poseer una sólida formación en la investigación
académica con el fin de desempeñar un futuro profesional, desde
la perspectiva procesal y científica.