Se metaforiza sobre la ausencia del arte en la vida común, en el fantasma de Canterville, relato ambientado en una casa de campo a la que llega a vivir una familia estadounidense y en el que habita un espectro, el fantasma no logra ausentarlos, y más bien pasa a ser víctima de las bromas de los gemelos y en general, del pragmatismo de todos los miembros de la familia. Por lo que cae en enojo y depresión, hasta que finalmente, con la ayuda de Virginia a quién se apena por el fantasma, lo alcanzar la paz de la muerte. Este cuento ilustra muchas de las ideas estéticas innovadoras de uno de los más grandes poetas del siglo XXI.
Dublín 1854-París 1900.