Alcestes es un joven de una rectitud extraordinaria que lamenta haber nacido en una época en la que abundan la mentira, la adulación, la traición y la hipocresía. Cree que el género humano está dividido en dos partes: la de los hombres malvados, y la de los hombres que son complacientes con los malvados y no sienten por ellos ese odio que debe provocar el vicio en las almas virtuosas. Sin embargo, Alcestes, aunque odia a la gente falsa, ha puesto sus ojos en la bella Celimena, una rica viuda que posee muchísimos pretendientes y que es la personificación de la coquetería y de la más profunda maledicencia.