La vida de Elías Mendoza Habersperger ha transcurrido entre la política, el servicio diplomático y la institucionalidad. Empezó muy niño en el escultismo y tomó sus principios como una forma de vida. Se caracteriza por su respeto a las diferencias y ensalzándolas, por su compromiso al derecho individual y colectivo, y la defensa a los desvalidos, así como de quiénes tienen la razón.
Afrontó los avatares de la política con decencia, prudencia y desprendimiento. Mostró su carácter democrático al renunciar a la actividad diplomática como protesta al golpe de Estado de 1962. Se unió al partido político al que perteneció toda su vida en el momento más difícil para la casa partidaria. Sin duda alguna se ha ganado el título que lleva este libro biográfico: Paladín de la democracia y la libertad.