La presente investigación pone en debate algunas ideas y conceptos además de los hallazgos que se expone. Según los autores, el hombre trae al nacer información que contiene genes de agresividad, como la semilla de una manzana, trae la información que le hace posible, convertirse en una planta y luego en un árbol; un manzano que dará frutos, dependiendo de las características del terreno de los nutrientes de éste, del nivel de humedad y el clima, de la mayor o menor cantidad de parásitos, de la luz incluso de otras plantas cercanas. Todos estos elementos asociados de diferentes maneras, dan como resultados diferentes productos: árboles fuertes con grandes y apetitosos frutos de
diversos sabores, formas y colores; débiles sin o con muy pocos frutos, plantas que jamás llegan a ser árboles, semillas que nunca se convierten en plantas, entre otros. En este proceso confluyen los factores internos (genéticos) y externos (ambientales).