La presente información, visos de situaciones domésticas, detalles del quehacer rutinario de la azarosa vida que avanza sin detenerse, pasará desapercibida por la gran mayoría. Pocas personas van a leer este libro. Es lo que toca en este tiempo. La información tiene relevancia solo para un corto periodo. Es más, ahora con las redes sociales nuestra memoria se ha reducido a tomar en cuenta los sucesos importantes sólo cuando las notificaciones nos lo recuerden; de lo contrario, el olvido toma protagonismo. Me consta. En marzo hice un experimento. Desactivé las notificaciones de cumpleaños del Facebook, para ver quiénes se acordaban de mi onomástico. Fueron, únicamente, tres personas. Ni mi madre, ni mis hermanas, ni ningún familiar, ni personas cercanas, se acordaron de ese día. Qué diferente son los tiempos ahora. En fin, avanzamos de mal en peor. Esta sociedad insensible, carente de sentido común, corrupta, violenta, es una reverenda y gran pocilga.