Un gordito enamorado poco valorado, de Jonathan Hernández, surge de una emoción intensa, provocada por una ruptura amorosa; una de esas que emana de un corazón destruido, de un producto del fracaso total. El escritor muestra los estragos que los excesos, por la ausencia de ese ser a quien amó, por poco lo llevan a autodestruirse. Así lo cuenta este poeta, artista, bohemio y loco, como él mismo se denomina.
Es este, principalmente, el meollo de la obra: «El hombre nació para sufrir el daño de haber nacido», según cuenta el propio Jonathan. Parafraseando parte de su introducción, si bien las hojas derruidas y muertas en el tintero del poeta no intentan inspirar a los demás, ni mucho menos generar lástima, es evidente que el autor narra una experiencia cruda que bien conmueve y es también motivadora.
Jonathan Hernández
Nacido en un rinconcito del estado de Oaxaca, conocido como Paris Chiquito. Es allí donde se encuentra Tlaxiaco, una hermosa ciudad rodeada por muchos árboles y montañas. Es un lugar frío donde se dibujan bellos paisajes y donde el café y la deliciosa comida se disfruta acompañado o en soledad. Hernández nació en un hogar de clase trabajadora y es el segundo de tres hermanos, pero el primer varón de este matrimonio.