Las historias de los personajes de Celestial, el ladrón de almas pueden perderse en el futuro con la misma intensidad con que podrían perdurar. No es de la memoria, individual o colectiva, de lo que dependen, sino del tiempo. ¿Y qué es el tiempo si no un invento que nos esclaviza? ¿Qué esperamos del futuro? ¿Qué deseamos que permanezca y de qué queremos librarnos?
A lo largo de estas páginas, y de la mano del bien elaborado lenguaje de Alaín Cáceres, el lector se ha de internar en las aventuras y desventuras de personajes que nos cuentan, con su propia voz, sus íntimos temores, intenciones y cuestionamientos sobre su esencia, aquello que también llamamos alma.
La narrativa sur andina, de larga tradición reflexiva, se abre paso entre las nuevas tendencias del lenguaje literario sin perder su capacidad crítica ni su lirismo. Alaín Cáceres nos interna en una historia de la que no podremos salir si no intentamos resolver enigmas tan complejos como la naturaleza del tiempo o tan simples y cotidianos como la solidaridad y la lealtad.