PRESENTACIÓN
Siempre estuvo en mi mente escribir sobre este viaje a Pomallucay, acontecido hace 23 años. Un viaje lleno de sorpresas y de mucho de misterio. Y no lo pude hacer antes, porque en el interín de mis actividades cotidianas algo a última hora ocurría y terminaba priorizando otros temas. Una bomba debió estallar dentro de mí para despertar, comenzar y dejar volar mi mente hacia aquel momento cuando mi esposa y yo viajamos a Huari, gracias a la gentil invitación de dos grandes amigos y esposos: don Luis Rondón Márquez y de doña Elsa Chicchón Horna. También nos acompañó aquella vez Jorge Ibarra Márquez, primo de don Luis Rondón.
Conocíamos Huari, mi esposa y yo, cuando trabajamos en Chavín y San Marcos durante la década de los 70; pero nunca tuvimos la ocasión de ir por el lado de San Luis, Pomallucay, Chacas. Nos enteramos de la existencia del Santuario de Pomallucay años después cuando se terminó de construir en 1994. De manera que nuestra curiosidad fue mayor cuando se puso en valor esta maravillosa arquitectura barroca. Visitamos el interior de tan bello monumento artístico y el misericordioso y milagroso Señor de Pomallucay, patrono del pueblo del mismo nombre.
Visitar el Santuario del Señor de Pomallucay es parte del programa de festejos que anualmente realiza la población huarina en favor de la Santísima Virgen del Rosario, patrona de la ciudad de Huari, cada 7 de octubre de todos los años. De modo, que muchos fieles participan en esta caravana con destino a Pomallucay para renovar su fe al Señor de Señores, el Cristo Crucificado. Y en esa oportunidad nos tocó ser partícipes de esa caravana.
Y lo que se narra en esta historia es simplemente una parte de lo que sucedió aquel día de visita a Pomallucay, hechos más allá de cosas humanas. Fue un viaje cargado de suspenso y misterio que el lector, finalizada la lectura, tendrá la libertad de interpretarlo a su manera. Los testigos protagonistas –—con nombres cambiados –—pueden dar fe de los hechos que se cuentan en esta historia.
El autor