Machu Picchu. El más famoso monumento arqueológico del Perú, es uno de los libros más importantes sobre la ciudadela inca que se hayan publicado, si tomamos en cuenta que es de los primeros con una autoría y planteamiento andino y porque ha sido escrito por uno de los más prestigiosos historiadores e investigadores del Perú antiguo, como lo fue el Dr. Luis E. Valcárcel.
El amauta no solo visitó innumerables veces la llacta inca, como lo hizo en 1918, en una visita de estudio arqueológico con sus alumnos del curso de Historia Crítica del Perú, bajo los auspicios del Consejo Universitario (1), igualmente la visitó en 1928, al ser integrante de la numerosa expedición científica organizada por el Prefecto Vélez (2). Pero lo más resaltante, es que fue testigo de excepción en el proceso de su descubrimiento científico, al participar en la comisión que supervisó la expedición de la Universidad de Yale, dirigida por el historiador Hiram Bingham.
Luis Valcárcel fue protagonista del movimiento estudiantil en 1909 que produciría la reforma en la Universidad de San Antonio Abad del Cusco y que repercutiría más tarde en el nombramiento del nuevo rector, el norteamericano Albert Giesecke, quien daría información clave al historiador Bingham para el descubrimiento científico de Machu Picchu en 1911.