El pasado, como dijo Faulkner, «nunca está muerto. Ni siquiera ha pasado». En su Informe Final, la CVR deja el registro de un esfuerzo por entender un conflicto y por enfrentar sus consecuencias, que, como muchas sentencias judiciales a contrario, el tiempo las puede rescatar. Sobra decir que el Informe Final hizo ya una contribución inmensa al proceso de solución del conflicto inmediato que fue el objeto de su mandato, entre otras en términos de reconocimiento a las víctimas. El
reconocimiento simétrico que —y en el que el Informe insistía— hace falta para la reconciliación entendida en términos sustantivos está todavía por lograrse. Elementos clave de la hoja de ruta para llegar a ese fin quedaron plasmados hace ya veinte años en ese Informe, que es objeto de reflexión en esta excelente obra.