Es frecuente que los niños se aficionen a la poesía, que la disfruten y la escriban pues les atrae el ritmo del verso. Lo que no es frecuente es que persistan, que organicen lo que dicen en un libro. Y eso es lo que ocurre con Alejandro Rumrril Ríos en este manojo de poemas que hoy se publican que muestra su viva relación con la escritura, su afán de originalidad, sus deseos, afectos y su preocupación por lo que ocurrirá mañana con el mismo y con el mundo que lo rodea. Es el libro de un niño talentoso en las puertas de la pubertad.
Marco Martos