Del total de trabajos enviados no fue tan difícil extraer las tendencias temáticas por sus atmósferas: cuentos futuristas, naturalistas y realistas; míticos-maravillosos, existenciales, de fantasmas y duendes; de aires y humor romántico; relatos de violencia mórbida y proclama senderista, pero también citadinos, anodinos o bien con la fuerza de los paisajes andinos o los de nuestra candente y lujuriosa Amazonía. Y había que seleccionar: por el dominio, fluidez y destreza del inteligente y
rítmico manejo del lenguaje (eufonía, armonía, melodía, tonos poéticos); la coherencia y claridad de la trama tejida entre monólogos y diálogos interpolados, las lógicas, psicologías y filosofías de las relaciones dados los personajes; y dentro de estos criterios: los puntos de vista, el atinado y esencial manejo de los diálogos y el dominio y claridad de las técnicas aplicadas, que darían por justo ganador al cuento que mejor se sostiene
dentro de la solvencia de estos importantes criterios.
Huarás, 1978-
Lima, 1986.