En la estela de Dostoievski, ella buscaba, y busca, ocuparse del misterio del ser humano porque siempre ha querido ser humana y educadora. “Educar –dice Giuliana– significa, sin duda, ocuparse de este misterio y, aun más, amarlo y ponerse a su servicio”. El texto de Giuliana que en esta oportunidad comentamos muestra vivamente y con detalles cómo la autora ha ido forjando uno a uno los sólidos eslabones que le han permitido formar la cadena que con suavidad y amor la ata ahora a todo lo que ha creado con esfuerzo, amor y pleno uso de su libertad. Es una cadena invisible que ha nacido de la respuesta a muchos retos, ante los cuales ha decidido y actuado con criterio ético, con voluntad placentera e inteligencia y que, ahora, en su circularidad enaltece a lo humano.
Carlos Gatti