Mateo es una correcta muestra de la buena escritura que se hace en Huaraz (y en general en Ancash). Un libro que condensa muchos pasajes personales del autor: sus alegrías y sus sufrimientos, sus apegos y desapegos, las buenas compañías y sus soledades, su derrota y sus esperanzas, en la construcción (o deconstrucción) del espíritu del poeta. En Mateo, el yo poético abarca muchos sentires y nos ofrece, por lo tanto, mucho de su manera de pensar y de su particular manera de sentir nuestro mundo.