Aunque las nuevas tecnologías ofrecen diversas virtudes para facilitar nuestras interacciones sociales, lo cierto es que su verdadero alcance e impacto en los distintos ámbitos de la vida humana es aún un terreno desconocido. Desde un enfoque utilitario, podría decirse que estas herramientas se encuentran al servicio de las personas, pero lo cierto es que existe en torno a ellas una presunción de neutralidad y objetividad que puede resultar en la invisibilización de algunas consecuencias nocivas derivadas de su uso. Lo anterior es particularmente preocupante cuando se analiza desde el enfoque del respeto y de la garantía de los derechos humanos.
En línea con esta preocupación, este informe surge de una pregunta clave y busca llegar a un norte claro: ¿la positivización e institucionalidad de los derechos humanos en su configuración actual resultan suficiente para guiar las acciones estatales frente a los retos que llegan con las nuevas tecnologías? Al responder a esta pregunta, se pretende también: a) describir las amenazas que supone el uso descontrolado de estas herramientas; b) delimitar las posibilidades de respuesta que el DIDH ofrece frente a este fenómeno; y c) echar luz sobre las oportunidades ofrecidas por las diversas medidas que de manera individual o coordinada vienen adoptando sobre el particular diversos Estados y organizaciones internacionales.