Yarabamba, tradicional y sublime terruño de mis antepasados
donde a través del discurrir de los años se han dado, hechos,
vivencias, pequeñas acciones familiares y de otras personas con
sus dimes y diretes simples de la vida diaria, acontecimientos
y amores, que con el paso del tiempo se transfiguran en aquel
conocimiento anónimo, escondido, intrínseco y legítimo de los
pueblos, convirtiéndose en sus genuinas tradiciones orales.
De estas vivencias populares surge la imagen de Fructuoso Arenas,
(mi bisabuelo), de donde emana el calificativo de la presente
recopilación, natural de Quequeña y vecino al final de sus años de
Yarabamba; allá por los años de mil ochocientos, gozaba del don
de la inteligencia, la memoria y la expresión, decían que siempre
tenía una ocurrente y lindante respuesta a cualquier consulta
cotidiana o rebuscada. Menciono algunos de los relatos hechos
por sus hijos José Antonio Lazo Málaga, Rosa Arenas Prado, sus
nietos José y Ezequiel; evocando estas experiencias y vivencias
que ha quedado inscritas como sello imborrable en mi mente, mi
mismidad, en mi tipicidad. Asimismo, se rememoran hechos de
algunas familias vecinas y muchos conocidos coterráneos, que
aún conservan con lucidez las narraciones de sus ancestros.