En el reino de Villadiego, el monarca se siente harto de llevar una vida de lujos, halagos y servicios, y decide cambiar dicha situación, emprendiendo una aventura fuera de los ambientes palaciegos, con el fin de hallar otro lugar (el del pueblo y sus habitantes), donde pueda tal vez experimentar una existencia mejor. Los problemas cotidianos de los lugareños, sus sencillos sueños y hábitos, contrastan con las ambiciones y el hambre de conquista y poder que se respira en las altas esferas reales, lo cual conlleva a un intrépido plan para restituir el honor y la justicia en los hombres de bien. Dos mujeres entonces serán las que manejen las riendas de esta empresa, una reina y una plebeya, en compañía del monarca que, abiertos los ojos a una nueva realidad, intenta enderezar el torcido camino de la realeza. Visto desde la otra orilla, en la que los más desprotegidos son los que, a fin de cuentas, sostienen el reino, dicha lección quedará en la retina del rey para su posterior rectificación.