El arte y la locura se mezclan en este refinado texto colmado de intriga, alusiones artísticas y rememoraciones, donde las vicisitudes de un pintor peruano en París se ven contrastadas con los prejuicios y la disgregación que sufre la comunidad musulmana en la ciudad luz. Las calles, los cafés y los bulevares parisinos sirven de trasfondo para relatar la oscura psicología de algunos de los personajes, quienes actúan motivados por la pasión y el instinto, tratando de sobrellevar sus propias fatalidades. Es el sino del desequilibrio que mantiene a sus protagonistas en la cuerda floja, que los confunde y entorpece, obligándolos a perder el aplomo para enrumbarlos por la ruta de la insensatez. Una novela escrita con sobriedad, pese a la inquietante trama que desarrolla, en la que las emociones más intensas salen a relucir dentro de una sociedad en apariencia civilizada que colisiona con los impulsos cerriles que aún arrastra la humanidad.